Después de casi un año sin realizar actividades turísticas, en nuestro Club (marzo 2010 en Caldas), debido en parte a los problemas de organización de la anterior Junta, por motivos profesionales, la actual decidió, como se anuncio en su momento, realizar un desplazamiento a la bella ciudad de Bilbao, ciudad que ha sufrido una importante transformación en los últimos años, y que creíamos merecía una visita, realmente nos sorprendió, a aquellos que hacia años que no habíamos estado, y a los que era su primera vez.
El viaje pudo ser gracias a la colaboración y apoyo de nuestro querido miembro, siempre activo, Don Manuel, la inestimable cooperación de nuestra amiga Marisol, sin olvidarnos de la logística bilbaína de Álvaro Saiz, que nos montó casi toda la estrategia interna.
Noviembre 25 – Salida en autocar, a las 14:00 hrs desde el Hard Rock Café, situado en el lado mar de la plaza Catalunya.
Viaje todo seguido (paradas precisas y justas para beber, desbeber, machacarse las narices y seguir los mandados del tacódromo) a fin de llegar a la ciudad de Bilbao, con una última parada sorpresa de 31 minutos en el Valle de la Nada.
Alojamiento en el Sercotel Coliseo de la serie Deluxe Collection, establecimiento de reciente construcción.
Cena a base de pintxos de fusión en el Restaurante Bitoque de Albia, tras la aventura del busca a ver si lo encuentras, que nos deparo una inesperada visita nocturna a la ciudad.
Croquetas cremosas de patata con lascas de jamón.
Sopa caliente de calabaza con langostino.
Risotto de habas y langostinos.
Hamburguesa de atún rojo con ensalada de caviar.
Carrillera de ternera con crema de patata.
Tarta de queso a la inversa.
Agua, Refresco, Cerveza de barril, Vino blanco, tinto, rosado. Bodegas infinitus. Familia
Martínez Bujandas.
Noviembre 26 – Visita guiada de forma genial por Zorione Zubizarreta; panorámica de la ciudad, puente colgante, nueva área de Bilbao, Museo Guggenhein; unos pintxos antes de hacer la visita al Casco Viejo, para finalizar en el Hotel Gran Bilbao donde almorzamos.
Por cierto un excelente almuerzo ofrecido por el hotel, y visita a sus instalaciones acompañados por Irune Bonila, ya que Jorge Álvarez estaba en Barcelona.
Por la tarde tiempo libre para realizar compras, descansar, o seguir disfrutando de esta (ahora) hermosa ciudad.
Cena en el Casino de Bilbao, con el tradicional "rompimiento de jarrón" y el siguiente menú.
Sopa de pescado y marisco del cantábrico
Merluza con almejas a la vasca
Sorbete de manzana
Rioja crianza, agua mineral
Finalizada la misma, demostración de juegos de ruleta, tiempo libre para disfrutar del Casino, donde tuvimos varios ganadores (no nos invitarán más), finalizando la misma con una copa de libre elección.
Noviembre 27 – Desayuno y salida a primera hora de la mañana hacia Barcelona.
Breve visita a la ciudad de Tudela, y continuación hasta Murchante para realizar otro excelente almuerzo en el Restaurante Garcia.
Cebolletas asadas
Pimientos del cristal asados en su jugo
Ensaladas de temporada
Cardo de temporada
Borraja
Rabo de toro estofado o entrecot de buey a la plancha o merluza o dorada
Cuajada con arrope casera o infusión de frutos rojos
Vinos enanzo crianza, cafés.
Después del mismo continuación hacia Barcelona, con una merecida siesta a bordo del autocar "tacométrico".
Bilbao se encuentra en la vertiente atlántica oriental de la Península Ibérica –latitud: 43º 15' 42" N, longitud: 2º 55' 43" W-, a 19 metros sobre el nivel del mar, y se extiende en una superficie de 41,6 kilómetros cuadrados. Su importante infraestructura de transportes la conecta con el resto de Europa por tierra, mar y aire.
Bilbao es el corazón de una metrópoli con más de un millón de habitantes. Desde su fundación hace más de 700 años, es el eje principal de desarrollo económico-social y el factor fundamental de modernización del entorno de Bizkaia.
Los orígenes de Bilbao no han podido ser determinados con exactitud, pero ya existía una población asentada en ambas márgenes de la ría del Nervión que había alcanzado un importante desarrollo antes de su constitución como Villa. Fue Don Diego López de Haro V, señor de Bizkaia, quién en 1300 le concedió el título a la ciudad debido a su significativa relevancia como núcleo comercial y marinero en la época.
La singular ubicación de la Villa le permitió seguir creciendo. El comercio marítimo se desarrollaba con rapidez, mientras que la antigua población se extendía por ambos lados de la ría. Los intercambios comerciales también favorecían el enriquecimiento cultural de la ciudad, impulsado igualmente por los peregrinos que llegaban a Bilbao camino de Santiago de Compostela.
A lo largo de los siglos XV y XVI Bilbao consolidó su posición comercial, convirtiéndose en el núcleo económico más importante del Señorío de Bizkaia. En este periodo se refuerzan los intercambios con los puertos del continente y, posteriormente, la Villa se abre al comercio con las colonias de América. La población sigue aumentando y la ciudad se expande.
A mediados el siglo XV se constituye el núcleo del Casco Viejo al ampliarse su parte más antigua con otras cuatro calles, lo que originará las “Siete Calles”, nombre que recibe el centro histórico de Bilbao. En la misma zona se alzó la Catedral de Santiago, sustituyendo a la antigua ermita dedicada al Apóstol. El templo, de estilo gótico, es uno de los más emblemáticos de la ciudad.
El crecimiento económico se ralentizó a finales del siglo XVI y a lo largo del XVII, pero no se frenó su expansión urbanística. Las calles Bidebarrieta y Correo abrieron Bilbao hacia el Arenal, que después se iba a convertir en el centro de la vida social de la ciudad.
El siglo XVIII dio un nuevo impulso a la Villa, que seguía medrando económicamente y buscaba nuevos espacios para su creciente número de habitantes. Sin embargo, fue el siglo XIX el que transformaría definitivamente la ciudad. Bilbao experimentó un desarrollo sin precedentes, basado en la explotación de las cercanas zonas mineras, que contribuyó a potenciar el comercio marítimo y la actividad portuaria, mientras surgía con fuerza una importante industria siderúrgica y la construcción de buques se convertía en un elemento fundamental del crecimiento económico.
Mientras tanto, el ferrocarril llega a Bilbao y la Villa refuerza su importancia como centro económico y financiero. Aparecen el Banco de Bilbao y el Banco de Bizkaia y, a finales de siglo, la Bolsa.
La transformación de la ciudad y su entorno fue radical. A la expansión económica le siguió la urbanística. Es en este siglo cuando se emprenden algunos de los mayores proyectos de la Villa y se levantan muchos de sus edificios más representativos. Bilbao crece hacia la zona de Abando y inicia su primer proyecto de ensanche. Se crean alamedas, calles rectilíneas y paseos y su renovada arquitectura da paso al Bilbao moderno. La Plaza Nueva, el actual Ayuntamiento o el Teatro Arriaga, inspirado en la Ópera de París, son algunos de sus nuevos símbolos.
A comienzos de siglo XX, Bilbao es la gran referencia económica del País Vasco y una de las más importantes del Estado. Su crecimiento espectacular, acompañado de un importante desarrollo cultural, sólo se verá interrumpido con la Guerra Civil (1936-1939), pero después la ciudad retomará su capacidad de creación de riqueza, convirtiéndose en un gran polo de atracción para muchos inmigrantes que llegaban a trabajar en la floreciente industria bilbaína. El paisaje urbano e industrial de la Villa volvería a modificarse para afrontar su acelerada expansión, que desbordó a la ciudad y se extendió por los municipios vecinos, en ambas márgenes de la ría del Nervión, constituyendo el actual Gran Bilbao.
Sin embargo, tras su auge económico, a finales del siglo XX la industria siderúrgica entra en una profunda crisis que obliga a la ciudad a repensar los fundamentos de su desarrollo económico. En pocos años la Villa y los municipios de su entorno se verán obligados a afrontar la difícil reconversión industrial y a gestionar sus consecuencias negativas.
Después de años de incertidumbre económica, Bilbao recupera su dinamismo al convertirse en una ciudad de servicios, volcada en su regeneración medioambiental y urbana. Liberada de los antiguos terrenos industriales, la Villa afronta una nueva transformación espacial, que la ha convertido en una ciudad cada vez más atractiva para sus visitantes. El impresionante Museo Guggenheim o el Palacio Euskalduna de Congresos y de la Música se han convertido en los grandes referentes de la nueva vocación de Bilbao, que continúa recuperando numerosos espacios para el disfrute de los ciudadanos.
Existen varias opciones, Bilbao Turismo propone descubrir Bilbao acompañado de un guía profesional a través de dos interesantes itinerarios: Casco Viejo y Ensanche-Abandoibarra.
CASCO VIEJO: Una mirada a los orígenes de la ciudad
Un interesante itinerario para descubrir el Bilbao medieval, con sus calles empedradas, cantones, plazas y rincones con encanto, testigos de la intensa actividad mercantil y portuaria que hizo crecer a la Villa. Sus murallas, la Catedral gótica de Santiago, la Plaza Nueva, la emblemática iglesia de San Antón y las antiquísimas ruinas sobre las que se asienta, o el bullicioso Mercado de la Ribera acogen más de 500 años de su historia y una vitalidad urbana por la que parece no transcurrir el tiempo.
ABANDOIBARRA: Un enclave del progreso de la Villa
La visita muestra el desarrollo urbanístico de Bilbao y su arquitectura, desde el siglo XIX hasta nuestros días. Una mirada al palpitante corazón de una ciudad que destila tradición y vanguardia. Pasear por el Ensanche y Abandoibarra es descubrir el espíritu emprendedor de Bilbao, disfrutar de un auténtico museo de arquitectura y escultura al aire libre, que pone de manifiesto la visión de futuro que siempre ha acompañado a la Villa.
En 1.937 se rehizo este puente sobre el primitivo que Ernesto Hoffmeyer construyera en 1.883.
Antiguo edificio conventual de San José de La Naja, construido en 1.675 para atender a la redención de cautivos, se reedificó en 1.750. Totalmente restaurada, hoy es sede de "Bilborock" sala de teatro y música juvenil.
Airosa pasarela peatonal con un gran arco de hierro, obra de Pablo de Alzola y Minondo en 1.881.
Paseo y Soportales de La Ribera (Arcos de La Ribera)
Marca el perímetro del antiguo Casco Viejo que fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1.972
Es de estilo ecléctico y presenta una bella arquitectura con hermosas vidrieras. Fue construido por el bermeano Pedro de Ispizua y Susunaga. Inició sus actividades en 1929 y sobresale especialmente por su excelente oferta de pescados y mariscos. Tras las inundaciones del verano del 83 se reformó, saneó y modernizó interiormente en sus estructuras e instalaciones.
Se construyó sobre las ruinas del antiguo Alcazar de la ciudad, a finales del S.XIV, en estilo gótico. Su esbelto trazado forma parte del escudo de la Villa junto con el puente del mismo nombre. Contiene un hermoso retablo plateresco realizado por Guiot de Beaugrant.
El actual fue construido entre 1.871-77, por Pablo de Alzola y Minondo, y Ernesto Hoffmeyer, algunos metros más arriba del primitivo puente medieval desaparecido, que formaba parte del escudo de la villa.
Edificada por el arquitecto Manuel María de Smith en estilo regionalista vasco, en 1.913. Pertenece a Eusko - Trenbideak en sus líneas hacia Donostia- San Sebastian y hacia Gernika – Bermeo, entre otras.
Iglesia-Convento de La Encarnación
Antiguo convento de Dominicas, es obra de principios del siglo XVI con interior gótico y portada renacentista. Contiene varios nichos sepulcrales con escudos genealógicos
Situado en el claustro del Convento de la Encarnación, expone obras del Arte Religioso de Bizkaia en ornamentos, escultura y pintura desde el románico a nuestros días. Magnífica colección de platería.
Casa Natal de Miguel de Unamuno
Una placa en el nº 16 de la calle Ronda, recuerda que allí nació el 29 de Setiembre de 1.864, el ilustre pensador universal, poeta, novelista y catedrático, Miguel de Unamuno
Mantiene el nombre de la antigua puerta de la Muralla que cerraba la calle de la Ronda y que fue derruida en 1.573.
Dedicada al apóstol que es patrón oficial de Bilbao desde 1643. Construida a finales del siglo XIV en estilo gótico, tiene tres naves con triforio y girola. El claustro es pequeño pero de bella traza gótica. Adquirió rango de Catedral en 1.949. Su torre y fachada principal es obra neogótica de Severino de Achúcarro, terminadas en 1.887.
En su centro existe una elegante fuente diseñada por Luis Paret, en la época de Carlos III. En su parte superior figura la inscripción "Por el bien público". Adornan la plaza un conjunto de casas decimonónicas justo enfrente de la fachada y torre catedralicia. Por el lado sur se sitúa el amplio Atrio, hoy cerrado con una rejería.
Iglesia de Los Santos Juanes
Iglesia del Antiguo Colegio de San Andrés, perteneciente a la compañía de Jesús. Iniciada a principios del S. XVII por Martín Ibañez de Zalbidea, pertenece a la primera etapa del barroco vizcaíno, aunque mezclada con elementos renacentistas.
Ocupa el antiguo Colegio de San Andrés de la Compañía de Jesús y su claustro. Fue inaugurado en 1.920 y remodelado en 1.970 como Museo Arqueológico, Etnográfico e Histórico Vasco. Salas de Arqueología de Bizkaia; Etnografía de la pesca y agricultura; Imaginería, cerámica, mobiliario, etc. Taller de Restauraciones. Exposiciones y conferencias.
D. Miguel, con solo un año, se trasladó a vivir al nº 7 de la calle de la Cruz en una casa ya desaparecida. Una preciosa escultura de Victorio Macho recuerda, desde lo alto de una columna clásica, el rostro y perfil inconfundible del pensador y "bilbaíno universal".
Escalinata que sube hasta el primer Cementerio que tuvo Bilbao entre 1.808 y 1.902, del que se conserva el gran arco neoclásico de la entrada, obra de J. B. Belaunzarán.
Cuya Virgen, la "Amatxo", goza de gran devoción entre los bilbaínos. La iglesia es obra de Sancho Martínez de Arego, construida sobre el lugar donde se apareció la virgen a principios del XVI, presenta una bella traza gótica. En el retablo neoclásico del Altar Mayor está el Camarín de la Virgen. La portada es de corte renacentista con un gran arco triunfal. El gran campanario con espadaña es de comienzos del S.XX.
Ocupa el solar de una antigua fabrica metalúrgica, de la que queda, como recuerdo, una centenaria chimenea de hierro y ladrillo.
Es la primera y con mas solera de Bilbao. Plaza Porticada de estilo Neoclásico realizada bajo la dirección del arquitecto Antonio de Echevarría, que la terminó en 1.849. Tiene 64 arcos con columnas dóricas y es un elegante recinto.
En ella se celebra el "Mercado de Santo Tomas" en Navidad y el mercado animales, así como de filatelia, numismática y coleccionismo de cada domingo. Sede de Eusko Ikaskuntza (Academia de la Lengua Vasca).
Edificio del Banco Bilbao
En la plazuela de San Nicolás frente al pórtico de la iglesia. Fue el primer edificio matriz del Banco de Bilbao, desde que este se fundara en 1.857 en la calle de la Estufa. Construido en un estilo muy francés por Lavalle entre 1.862 - 68 y reformado más tarde por Severino de Achúcarro Hoy es Sala de Exposiciones Culturales y Archivo Histórico.
Templo erigido en honor del patrón de los navegantes, es un edificio que realza el entorno urbanístico del Arenal. Realizada a mediados del siglo XVIII por Ignacio de Ibero y Erkizia es de un barroco moderado. Su interior de forma octogonal tiene excelentes retablos y esculturas de Juan de Mena.
Plaza y jardines del Arenal
Centro de la vida financiera del Bilbao decimonónico, ha sido testigo de los episodios mas diversos de la Villa. Lugar muy querido por los bilbaínos. Centro neurálgico de la "algarabía popular" en las fiestas de Bilbao.
A la plaza se asoman edificios tan elegantes como el del Teatro Arriaga y el del Boulevard.
Los jardines son un salón urbano poblado por robles, castaños, acacias y un tilo que es símbolo de Bilbao; fue plantado en 1816, derribado por el viento en 1.948 y recientemente replantado. Varias fuentes de formas caprichosas dan frescura a estos jardines.
Se construyó con motivo de la visita de Isabel II, pero fue remodelado por el arquitecto Pedro de Ispizua en 1.928 en trazado modernista. Tiene preciosas vidrieras de moderna construcción y una acústica perfecta. La Banda Municipal de Música ofrece con frecuencia conciertos dominicales.
Construido por Joaquín Rucoba y Octavio de Toledo, se inauguró el 31 de Mayo de 1890, recibiendo el nombre del compositor bilbaíno "Juan Crisóstomo de Arriaga", cuyo busto, obra de Tomás Fiat de 1.885, preside la escalera imperial. Es uno de los edificios mas notables de la Villa, inspirado en la Opera de París, con una gran suntuosidad interior. Su fachada tiene un estilo ecléctico y elegante con grandes balcones sostenidos por atlantes.
Totalmente restaurado en 1986, conserva mobiliario de la época y alfombras de la Real Fábrica Nacional de Tapices. Actualmente es Teatro Municipal con un variado y rico calendario de representaciones de teatro, opera, ballet, conciertos y diversos actos culturales.
Biblioteca Municipal de Bidebarrieta
Antigua sede de la Sociedad "El Sitio", este magnífico edificio de Severino de Achúcarro, se construyó entre 1888 -1890, siendo uno de los más elegantes "palacios" del Casco Viejo. Calidad arquitectónica y ornamental de primer orden, tras su reciente restauración. Suntuoso interior al gusto imperial francés.
La fuente es un pequeño monumento neoclásico al que, tras su reforma en 1.800, la gente comenzó a llamarla del Perro por la cara de las 3 figuras de sus caños. Lugar tradicionalmente bilbaíno.
Edificio de La Antigua Bolsa- Palacio John
Antiguo palacio de los Vargas, y posible Bolsa medieval de Contratación de Mercaderes. Es un edificio que da a tres calles y tiene un original patio interior. Hoy es el Centro Cívico del Distrito Municipal. En la fachada hornacina con la Virgen de Begoña.
El pintxo es un plato típico de la gastronomía vasca, el cual suele ir como aperitivo acompañado de un vaso de vino tinto de una cerveza. Es muy consumido en tabernas del País Vasco, Cantabria, Navarra, La Rioja y en algunas zonas de la provincia de Burgos, como por ejemplo Miranda de Ebro.
Tal vez te estés preguntando que ingredientes se utilizan en el pintxo. La verdad es cualquier ingrediente se puede colocar sobre el pan, pero la mayoría de veces se utilizan los más habituales de la cocina vasca, como pescados (merluza, bacalao, anchoas, gulas), tortilla de patata, croquetas, pimientos rellenos y otras cosas más.
Pasemos a hablar de los palillos. La gran mayoría de personas piensan que en los bares, cada pintxo tiene que ser colocado en un palillo diferente y al final, cuentan los palillos que cada uno posee para poder sacar la cuenta. Es cierto que en muchos lugares utilizan palillos de distintos tamaños o hasta incluso algunos con capuchones de diferentes colores, pero no es una norma general que tenga que ser así.
Muchas personas aprovechan los fines de semana para comer pintxos y tomar algunos vasos de vino en el Casco Viejo, sin embargo existen otros muy buenos lugares que no son tan conocidos. ¿Qué les parece si hacemos un recorrido por algunos de ellos y ampliamos nuestra lista de opciones? El Irrintzi es uno de los lugares que tiene unos pintxos deliciosos que te sorprenderán, su presentación es excepcional y a veces da lástima comerlos de lo bonitos que son.
Debes saber que los bares de Bilbao son extremadamente tentadores y es muy difícil permanecer en uno sólo, pues cada uno tiene algo particular que ofrecer. Para muchas personas, el Casco Viejo es el mejor de todos, lo cual es muy cierto, pero vale la pena visitar otros lugares y experimentar los diferentes sabores. Cada uno de los bares de Bilbao sabe resaltar la exquisitez de la gastronomía vasca, la cual goza de fama universal y es fruto de productos de alta calidad junto con la suspicacia de sus chefs. Nadie puede negar que Bilbao posea los mejores restaurantes vascos y de otros tipos de comida; es por eso que cuenta con una amplia clientela, la cual es muy fiel y constante en visitar estos lugares. ¡La calidad es excepcional y hay para todos los gustos y bolsillos!
Probemos los pintxos de La Viña del Ensanche, la cual ha servido a casi cuatro generaciones de bilbaínos, así como también a personas de todo el mundo. La historia salta a la vista en este maravilloso lugar que ya tiene más de ochenta años. ¿Sabías que el Melilla y Fez es uno de los primeros lugares que vendieron pintxos morunos en Bilbao? Sus pintxos son jugosos y de un cordero incomparable. El tamaño de las porciones es incluso más de lo que podríamos esperar y se caracterizan por sus excelentes pintxos de la barra y los tigres, que son mejillones con tomate picante. Algo que definitivamente te sorprenderá es que el bar cambia de ambiente de un momento a otro. Un momento puedes estar disfrutando de un maravilloso ambiente de restaurante y de pronto cambiará a un pub donde la gente se levanta y se pone a bailar.
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Vayamos ahora por Guggenheim Bilbao, restaurante que fue inaugurado junto con el museo en octubre del año 1997. Posee una amplia variedad de pintxos y otros platos, pero sin duda los más conocidos son el cochinillo confitado en aceite de oliva virgen especiado, el melón caramelizado y agridulce de maracuyá. ¿No se les hace agua la boca de sólo escuchar los nombres de las exquisiteces del lugar?
En Río Oja, podrás ver las tradiciones de Bilbao de las cazuelitas y los pintxos más típicos del lugar. Este bar, ubicado en la Calle del Perro, es uno de los más veteranos de la ciudad y ha sido recomendado por diferentes guías turísticas. Río Oja tiene para ofrecer tanto a parroquianos como a visitantes una muy variada carta de platos y pintxos que incluyen bacalaos, muy conocidos por sus txipirones, así como también anchoas a la cazuela, pollo asado, cabeza de cordero, rodaballo a la plancha, chuleta de cordero, almejas en salsa y ensalada de endivias con salmón y por último, ventresca de bonito. Claro está que la variedad es mucho más amplia, sin embargo estamos tratando hacer una selección de los más consumidos y aquellos que no deberías dejar de probar. Desde el momento en que ingresas a Río Oja, quedarás maravillado con los frescos de sus paredes y los ergonómicos aseos, que caracterizan al lugar.
En Bitoque de Alba podemos degustar pintxos de fusión, un local que actualmente está muy de moda en la villa.
Por último, vayamos a Oriotarra, ubicado en Blas de Otero 30. Oriotarra posee un magnífico ambiente caracterizado por un personal muy atento y profesional que buscan brindarte una atención excepcional. Ofrece una increíble selección de 150 diferentes pintxos, los cuales pueden ser servidos tanto fríos como calientes. El milhojas de oreja de cerdo, es probablemente uno de los platos que no probarás en ningún otro lugar y ha sido premiado por su excelente calidad. Si nos permites hacerte una recomendación, te sugerimos que pruebes el txipirón frito, los pimientos rellenos de crema de bonitos, el bacalao de foie con hongos y el bacalao, la berenjena o la merluza rellenos. ¿Te suena bien?
Como habrás podido ver, existe una amplia variedad de pintxos y diferentes lugares que ofrecen los más creativos y deliciosos de Bilbao. Haz como muchas personas y experimenta la diversidad de sabores en los diferentes restaurantes y bares de la ciudad. Sin duda, no te cansarás de experimentar estas maravillosas sensaciones culinarias que sólo los pintxos de Bilbao ofrecen.
Tudela ha sido encrucijada de caminos y de culturas, desde su fundación en el S. IX por los árabes, convivieron en la ciudad judíos, árabes y cristianos. Fue la tercera ciudad en importancia dentro de la Marca Superior de Al-Andalus, y bajo el dominio de los Banu Hud, dependiendo de la taifa musulmana de Zaragoza fue centro cultural de primera magnitud destacando sus escuelas tanto coránicas como rabínicas.
Desde el mismo origen de la Ciudad, a mitades del S. IX los judíos se agruparon en una zona al sureste de la muralla, en las proximidades del río Queiles. En el año 1119 la decadencia militar de los reinos de taifas ocasionó la toma de Tudela por el rey aragonés Alfonso I el Batallador, llegándose a un pacto por el cual los musulmanes podían permanecer en la ciudad conservando sus instituciones y autoridades peculiares pero creando un barrio nuevo (la morería) en extramuros de la ciudad.
En el año 1170, el rey de Navarra Sancho VI el Sabio decreta el traslado de la Judería Vetula a un nuevo emplazamiento, junto a los muros del castillo, cuya custodia y reparaciones les encomienda a cambio de una mejor protección.
El hallazgo del sepulcro del primer apóstol mártir en el S. IX atrajo peregrinos de todo el mundo por diferentes rutas. El camino Jacobeo del Ebro recogía aquellos peregrinos procedentes del Mediterráneo que iban siguiendo el gran río Ebro, desde Tortosa, pasando por Caspe, Zaragoza, Tudela, Alfaro y Calahorra hasta Logroño, ciudad en la que se unía con el camino que descendía de Roncesvalles.
Ya en el S. XIX, Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870), poeta español, una de las figuras más importantes del romanticismo, aquejado de una grave enfermedad, probablemente tuberculosa o venérea, se hospedó en la posada Remigio en su camino hacia el Monasterio de Veruela.
Tudela es la capital de la Ribera, al sur de Navarra, territorio de llanuras abiertas atravesadas por el río Ebro y sus afluentes el Mediavilla y el Queiles. Es en las orillas de estos cauces donde medran los sotos y se extienden vastas superficies de regadío. Es un paisaje generalmente árido donde apenas quedan vestigios de los bosques originarios de pino carrasco y en el que los sotos constituyen las formaciones vegetales características.
El clima de la comarca es continental, con oscilaciones de temperatura entre 6º en invierno y 23º en verano, precipitaciones inferiores a 500mm anuales y constante presencia del característico viento cierzo, frío y seco. Es de destacar también la fuerte luminosidad de la Ribera, que permite disfrutar de muchos días soleados a lo largo del año.
Los suelos arcillosos, las escasas precipitaciones y la acción del hombre determinan una vegetación de especies mediterráneas como el pino y las encinas, en el secano y otra propia de ribera caracterizada por chopos, álamos y abedules. En las zonas más secas como las laderas de los montes y en terrazas superiores se dan amplias zonas de matorral con romero, tomillo, lentisco, esparto, aulaga y regaliz, donde anida el conejo y la perdiz roja. La proliferación del cultivo del arroz en las llanuras aluviales junto al río ha ocasionado el aumento de la población de cigüeñas que anidan en nuestros tejados.
La región acoge uno de los rincones paisajísticos más interesantes de la geografía peninsular: Las Bardenas Reales.
INFRAESTRUCTURAS TURÍSTICAS
Tudela se sitúa en el extremo sur de la Comunidad Foral de Navarra, en la Comarca de la Ribera Baja, a orillas del río Ebro y en una privilegiada situación al ser punto tradicional de acceso a Castilla y Aragón y hacia el Norte de España y Francia. Equidista unos 90 Km de cuatro importantes capitales de provincia: Pamplona, Zaragoza, Logroño y Soria; a Madrid hay 300 km y a Barcelona 400; pudiendo utilizarse para desplazarse la red nacional de carreteras (N 232 , N 121 ) o las autopistas A15 y A68. La construcción de la Autovía del Norte (hasta San Sebastian), el Túnel de Velate y la Autovía de Sakana (hasta Vitoria) hacen más fluido y rápido el acceso desde el País Vasco.
En lo que se refiere al ferrocarril, Tudela es ciudad de paso en la línea Zaragoza- Alsasua y Madrid-Hendaya. En transporte aéreo dispone de 2 aeropuertos a unos 90 km de distancia cada uno como son Noáin y Zaragoza, con vuelos diarios a Madrid y Barcelona.
La ciudad ha sufrido una evolución económica y ha pasado de ser una ciudad fundamentalmente agraria en los 50, a ser mayoritariamente industrial en los 80 y terciarizarse en los 90 con más de un 54% de la población dedicada al sector servicios.
Las ramas más destacadas del sector servicios en Tudela son el comercio minorista, los servicios a las empresas, la sanidad, la educación y la hostelería. No hay que olvidar que Tudela es la capital de la Ribera y por lo tanto centro comercial, sanitario, de ocio y amplia oferta educativa para los pueblos de los alrededores.
Dentro de la red de instalaciones sanitarias del Servicio Navarro de Salud, existen dos centros de Salud (Este y Oeste), un centro de Salud Mental y el Hospital Reina Sofía. Existen también tres centros médicos privados.
Tudela ofrece una amplia oferta turística orientada hacia un turismo de calidad. Como alojamientos turísticos ofrece una pensión (La Estrella), cuatro hostales (Nueva Parrilla, Remigio, Torre Monreal y Morase), tres hoteles 3 estrellas (NH Express Delta, Tudela Bardenas y Santamaría) y el AC Ciudad de Tudela de 4 estrellas. Mención especial merece su amplia oferta gastronómica que ofrece al visitante sus excelentes materias primas, (verduras de las huertas tudelanas y carnes) y el buen hacer de sus reconocidos restaurantes.
Tudela sorprende por su innumerable patrimonio monumental, del S. IX y del pasado árabe y judío de Tudela conservamos el trazado de las calles, restos pétreos islámicos que decoraban la antigua Mezquita Mayor de Tudela , el puente sobre el río Ebro, descomunal obra de ingeniería de diecisiete ojos y la torre Monreal.
Construcciones románicas cuenta con la Iglesia de la Magdalena, el tímpano de la Iglesia de San Nicolás, la Catedral con dos de sus puertas de entrada (La Virgen y María) y el claustro.
Plateresco, del S. XVI encontramos varias casonas y palacios como el Palacio del Deán, el Palacio del Marqués de San Adrián, la Casa del Almirante y la Casa de los Ibáñez-Luna.
Estilo neoclásico, el palacio Marqués de Huarte, y la Casa de los Condes de Heredia Espinosa.La Plaza de los Fueros construida en 1789 sirve de transición entre el casco antiguo y la Tudela moderna, una plaza cuadrada característica del urbanismo barroco.
En materia de arquitectura religiosa destaca el hospital de Santa María de Gracia, del S. XVI, la Iglesia de San Nicolás de Bari y la Iglesia del Colegio de la Enseñanza ambos del S. XVIII; y los conventos del Carmen y de las Dominicas del S. XVII y de las Capuchinas y Clarisas del XVIII.
El visitante que viene de Pamplona lo primero que va a descubrir de la ciudad es el Puente sobre el río Ebro construido en el S. IX por los árabes, con sus 17 arcos, y 360m de largo, entrará a la ciudad bajo las vías del ferrocarril y se encontrará con la Iglesia románica de La Magdalena, construida sobre un templo mozárabe en el S. XII y declarada monumento nacional.
La calle Portal nos conducirá a través de la calle Magallón al Palacio Marqués de San Adrián del S. XVI en el que destaca su alero de madera, su patio renacentista y su caja de escaleras con sus pinturas representando a las gracias. De nuevo se dirigirá a la calle Portal, la cual nos conducirá a la puerta de La Catedral conocida como de La Virgen.
La Catedral fue construida hacia 1180 sobre los restos de una antigua mezquita. Rodeando la Catedral llegaremos a la Puerta del Juicio, con influencia de gótico francés y junto a ella se encontrará el Museo de Tudela en el Palacio Decanal que da acceso al claustro del S. XII de la Catedral y a la capilla mudéjar del S. XV construida aparentemente en el lugar que ocupaba la Sinagoga mayor de Tudela.
Junto a la Catedral se encuentra el Ayuntamiento, del s. XVI aunque con reconstrucciones posteriores. La fachada posterior del ayuntamiento mira a la calle de la Rua, que fue calle mayor en el S. XVI y en la cual encontrará varias casonas platerescas (Casa del Almirante, la Casa de los Ibañez Luna...). La calle pasaje hará imaginar al visitante la época cuándo árabes, judíos y cristianos vivían juntos en Tudela y le llevará a la Plaza Mercadal donde se encuentran el Centro Cultural Castel Ruiz y La Iglesia de San Jorge, antiguo convento de Jesuitas.
Desde esta plaza divisará la fachada posterior del Palacio Marqués de Huarte, construído en el S. XVIII, en el que destaca la impresionante escalera imperial con cúpula y linterna.
La fachada principal se abre a la calle Herrerías, la cual pasó a ser la calle mayor en el S. XVIII y dónde se localiza también la Casa de Los Condes de Heredia Espinola, neoclásica con decoración rococó.
Esta ruta turística finalizará en la Plaza de los Fueros, que marca la transición entre el casco antiguo y la Tudela moderna y que fue construida en 1.687 como plaza de toros.
Iglesia de Sta. Mª. Magdalena
Románica, construida en el siglo XII, parece estar elevada sobre un primitivo templo mozárabe ya que su planta es levogira.
En el templo de planta rectangular y cabecera plana destaca la portada principal, del más puro estilo románico, no estando trabada con la nave sino exenta.
Sus cuatro arquivoltas son un compendio de la iconografía románica, pasando desde escenas del Nuevo Testamento en la interior a animales mitológicos y elementos vegetales, al igual que ocurre en los capiteles de las columnas.
En el tímpano destaca un magnífico pantocrator (Cristo en majestad), con los símbolos de los cuatro evangelistas. Está protegido todo el conjunto por un alero soportado por modillones figurativos.
Importante la torre románica, esbelto ejemplo en el románico de Navarra.
Mención aparte merece la puerta Norte, recientemente recuperada, románica y rematada en su sencillez por un magnífico lábaro o crismón. Entre ella y la torre existen dos sepulturas góticas en una de las cuales, según la tradición, estuvo enterrado el Conde Rotrón de Alperche, que a las órdenes de Alfonso I el Batallador, conquistó Tudela a los musulmanes en 1119.
El alero está soportado por multitud de canecillos labrados con la delicadeza y simbología propia del románico. El interior de una sola nave se cubre con bóveda de cañón apuntada, reforzada por fajones que se prolongan en semicolumnillas cortadas a media altura del muro, soportando capiteles vegetales e historiados. Toda la iconografía escultórica está directamente relacionada con la de la Catedral, cuyo claustro se construía por entonces.
El retablo mayor de traza plateresca (Siglo XVI), anuncia en sus formas y motivos al Manierismo.
Actualmente la Iglesia está exenta, y su entorno ha sido objeto de excavaciones arqueológicas que han proporcionado fragmentos cerámicos romanos, arquerías góticas y multitud de restos medievales, tanto musulmanes como cristianos.
Antigua iglesia barroca del Convento de Jesuitas formando conjunto monumental con el edificio de Castel-Ruiz.
Se inicia su construcción en 1608, poco después del asentamiento de los Jesuitas, siguiéndose el modelo del Gesú en Roma, primera Iglesia de la Compañía de Jesus, terminándose hacía mitad de siglo y convirtiéndose así en una de las más tempranas entre las construidas en España por esta Orden religiosa.
Su estructura es claramente jesuítica, con una sola nave de crucero amplio y poco resaltado, capillas laterales y hermosa cúpula. En 1750 sufre importantes reformas con la introducción de yeserías simulando cornisas, pilastras y otros elementos vegetales. Igualmente se realiza el Retablo Mayor de traza barroca, por los tudelanos José y Antonio del Río, de grandes proporciones y en madera labrada su decoración anuncia el rococó.
Con la expulsión de los Jesuitas en 1767 se vuelven a efectuar algunos cambios y se adopta el actual nombre adscribiéndose bajo el Real Patronato de Carlos III, cuyo escudo real de alabastro se colocó entonces en la fachada, de ahí su apelativo de Real. Pertenecen también a la reforma del siglo S-XVIII la antesacristía y sacristía. El templo contiene varias obras de interés entre ellas dos obras de Vicente Berdusán, un gran lienzo situado en el crucero y que representa a San Francisco Javier y los lienzos del retablo de San Pablo.
Esta magnífica iglesia Barroca se considera como el único edificio religioso esencialmente barroco de Navarra. Comienza su construcción en 1732 y pertenece a la Orden religiosa de la Compañía de María.
El templo, de planta combinada de tipo italianizante está estructurado sobre una planta octogonal, coronado por una bellísima cúpula con linterna, rodeada en tres de sus caras por un deambulatorio que se abre hacia el vestíbulo de entrada en un cuerpo rectangular, formando un conjunto nuevo y dinámico con inspiraciones de la Basílica de S. Ignacio de Loyola.
La fachada que podría ser la clásica del Renacimiento italiano, se abre al barroco con la alternancia entre frontones rectos y curvos. Funciona como el telón de un escenario que oculta el dinamismo y los juegos espaciales y estructurales del interior.
Mención especial requiere el Retablo Mayor, presidido por una talla reciente de la Inmaculada Concepción, que presenta una profusa decoración barroca cubierta por un follaje menudo y rizado que anuncia el Rococó, y articula la aparición en hornacinas de tallas de S. Joaquin y Sta. Ana y lienzos del XVII y XVIII.
La decoración de los demás retablos, púlpito, tribunas y yeserías sintonizan totalmente con la del retablo Mayor.
El Centro administrativo de la ciudad situado en la Plaza Vieja junto a la Catedral, se asienta desde 1490 en un edificio del siglo XV que fue erigido sobre las “Casas del Almudí” posesión de Mosén Pierres de Peralta. Las sucesivas reformas, reconstrucciones y adaptaciones efectuadas desde su origen hasta finales del XX, nos lo presentan en la forma actual tras la terminada en 1994.
De la estructura del edificio primitivo se conserva la crujía de la fachada principal con el zaguán y el Salón de Plenos así como la singular bodega empleada desde 1562 a 1841 como cárcel pública.
El Salón de Plenos, llamado antiguamente Cámara del Secreto, es la pieza principal y mas representativa del edificio actual y no solamente por su función.
Ricamente decorado en 1919 en estilo neorrenacentista, sus cornisas, pilares, molduras y arcos, enmarcan los huecos de puertas y ventanas y habilitan los vanos para la ubicación de magníficos lienzos que ilustran la historia de nuestra Ciudad. Completan el marco un cuadro del Rey Juan Carlos I, que preside el Salón como es costumbre inveterada, y frente a él un grupo escultórico de Santa Ana patrona de Tudela.
En la planta noble, y junto al Salón de Plenos, se articulan los espacios de Alcaldía, Secretaría General y Sala de Juntas (Consistorio), a la vez que permite la exhibición de cuadros, la mayoría de ellos, de pintores tudelanos, así como de frescos y reposteros heráldicos. El resto del edificio está habilitado para las oficinas generales de la administración municipal.
El antiguo convento de los Jesuitas articulado alrededor del claustro es lo que hoy se conoce como el edificio Castel-Ruiz.
Manierista, del siglo XVII, forma una unidad con la Iglesia de San Jorge, y fue sede de la primera “Escuela de Gramática Tudelana”.El uso de este edificio ha sido muy diverso pero siempre con un marcado objetivo cultural y formativo. A partir de la expulsión de los Jesuitas en 1767 pasa a ser propiedad municipal como Escuela de Primeras Letras compartiendo uso con la Sociedad Económica de Amigos del País. Posteriormente acogió el primer Instituto de Enseñanza Secundaria que se implantó en Navarra en 1839, la Escuela Especial de Agricultura en 1851, aulas de formación Castel Ruiz y otras actividades culturales musicales y formativas.Destaca por su sobriedad el actual patio, antiguo claustro del Convento de Jesuitas, construido en ladrillo con arcos de medio punto y con tres pisos, el inferior abierto y las galerías superiores cerradas.
Son también interesantes, la escalera que da acceso a la planta primera rematada en bóveda, la Sala de exposiciones de planta baja, posible oratorio mariano y cuya bóveda esta decorada con magníficas yeserías, y las bodegas del antiguo Convento reutilizadas para fines culturales.
El edificio restaurado en 1982 y adaptado a sus nuevos usos también de carácter cultural, recibe el nombre de “Centro Cultural Castel-Ruiz”, albergando también la Escuela Municipal de Música “Fernando Remacha”.
Complejo conjunto arquitectónico cuya construcción se inicia en 1477 en estilo gótico mudejar, tomando prácticamente su volumen actual de la mano de su valedor el Deán Villalón en los albores del siglo XVI y en estilo plateresco.Es remodelado sucesivamente en los siglos XVIII y XIX, en este último con la construcción de la portada de la Plaza San Jaime.
De su primitivo aspecto conserva el ala casi gótica que se aprecia desde la calle de la Merced coronada por galería de arquillos apuntados, una preciosa ventana con doble arco conopial y una bellísima tracería gótico-mudejar.
Sobre este cuerpo, y hasta 1883, existió una torre mudejar.
En la fachada principal y sobre la puerta de acceso se abre una gran ventana rectangular con rica y minuciosa decoración plateresca en yesería, apareciendo bajo ella un gran escudo de alabastro con las armas del papa Julio II y del Deán Villalón.
Destacan las dependencias privadas del Deán, con dos elementos importantes:
La preciosa capilla-oratorio cubierta con bóvedas nervadas de yeso y claves con pinjantes que, con el frontal del altar de azulejos de Muel del Siglo XVI, incorpora con la cerámica de caras enfrentadas la total singularidad de su conjunto, similar a los trabajos realizados en la Lombardía italiana.
Los magníficos artesonados y pavimento de madera de las habitaciones privadas, que han sido conservados en todo su esplendor.
Palacio Marqués de Huarte
Situado en el extremo oeste de la ciudad medieval, adosado a la antigua muralla, con su fachada posterior, hoy acceso habitual, flanqueando el antiguo barranco, calle Herrerías, que separaba la Morería desde el año 1119.
El Palacio se construye a iniciativa de Don Diego Huarte y Francia, entre 1742 y 1745, por agrupación de tres casas medievales de estrecha fachada y mucha profundidad.La fachada principal hacia la calle Mercadal se reordenó cubriendo su superficie con capas sucesivas de yeso, soporte de las magníficas pinturas al fresco de la totalidad de la fachada. Se representan guirnaldas vegetales, volutas, parejas de faunos, cariátides y dos parejas de figuras ecuestres con el caballo en corbeta. La fachada de la calle Herrerías se restauró en 1945 dándole la imagen que hoy tiene, en fábrica de ladrillo caravista encebollado.
En su interior destaca en primer lugar, el espacio central con la mas bella escalera imperial de Navarra superpuesta al patio en un complejo y complicado trazado, así como el conjunto del patio en sí, mismo, por sus proporciones y su alarde constructivo.
La decoración barroca del palacio se enfatiza en dos zonas esenciales. En primer lugar en el espacio central y su cubierta, donde aparece una esbelta linterna sobre cúpula elíptica, gallonada, que se apoya sobre cuatro pechinas, y suspendidos de las bóvedas, cuatro pinjantes de los que penden unos amorcillos barrocos.
En segundo lugar, en la planta noble, la Sala del estrado con cubierta abovedada sobre pechinas decorada siguiendo los cánones barrocos, fileteadas con pan de oro sobre fondo gris.
El edificio ha servido de residencia de significadas personas, a su paso por la ciudad, destacando Carlos IV, Fernando VII, Isabel II, Espartero, etc.
Restaurado en el año 1987 es propiedad municipal y alberga los Archivos de la Ciudad, Biblioteca Pública y un fondo de obras artísticas municipales. En ese pequeño museo, además de las piezas arqueológicas que se muestran en las bodegas, se exhibe una señorial y hermosa berlina, de estilo barroco rococó, del siglo XVIII, que procede de los Marqueses de San Adrián y Castelfuerte.
Palacio Marqués de San Adrián
Considerado como uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura civil renacentista de Navarra y obra cumbre de la Arquitectura civil en la Ribera, las primeras noticias sobre su construcción se remontan a finales del S-XV. La fachada se termina a mediados del XVI, mientras que el patio, escalera y habitaciones interiores se acaban en vida de D.Pedro de Magallón Vergara y Veráiz.
El edificio sufrió varias alteraciones a lo largo del tiempo. La familia Magallón residió en él hasta mediados del siglo XX, compartiéndose el uso en 1931 con la Orden religiosa “Hermanos del Sagrado Corazón” como Centro de Enseñanza. Actualmente y tras su restauración en 1993 alberga la Universidad Nacional de Educación a Distancia y distintos usos de carácter cultural.
Es un monumental edificio de ladrillo, con dos pisos y ático en galería. La fachada ejecutada en muros de ladrillo con vanos de medio punto y pares de óculos ciegos destaca por su sobriedad. Está rematada por un espectacular alero de madera tallada atribuido a Esteban de Obray ricamente ornamentado. El friso interior esta compuesto por bustos masculinos.
Todo el edificio se articula en torno a un patio cuadrado organizado en dos alturas. La planta inferior presenta columnas de orden Toscano con vanos adintelados y la superior arcos rebajados sobre columnas de capiteles decorados con elementos vegetales y cabecitas.
Del patio arranca una magnífica escalera de planta cuadrada de dos tramos cubierta por artesonado de casetones con rosetas. Los muros de esta escalera atraen toda nuestra atención al estar decorados profusamente con excepcionales pinturas, grisallas de la segunda mitad del S-XVI, que representan doce figuras femeninas de la antigüedad clásica, ofreciendo al parecer unas pautas morales dedicadas probablemente a la dueña de la casa, y en conexión con el estilo cuatrocentista de la última generación florentina.
Judería Vetula, Judería Nueva
Tudela fue fundada por los árabes a principios del S. IX, llegando a ser en los siglos X y XI la tercera ciudad de la Marca Superior de Al-Andalus, pasando a depender de la taifa musulmana de Zaragoza y destacando como centro cultural de primera magnitud destacando sus escuelas tanto coránicas como rabínicas.
Las primeras comunidades israelitas se establecieron en Tudela desde los primeros momentos de la fundación, probablemente procedentes de Tarazona ante la necesidad de los servicios de artesanos.
Casi desde el mismo origen de la Ciudad, a mitades del S. IX, parece ser que los judíos se agruparon en una zona al sureste de la muralla, en las proximidades del río Queiles, donde hoy se extienden las calles de Benjamín de Tudela, Plaza de la Judería, Hortelanos, Fuente del Obispo y la desaparecida calle de las Vueltas. Los callejones de esta zona y la actual tipología de casas estrechas y altas aún recuerda lo que fue vivienda de judíos. Eran casas de adobe o ladrillo, construidas sobre un zócalo de sillar de piedra que proporcionaba una sólida base y aislamiento de la gran humedad del subsuelo. Las fachadas se remataban con aleros dentados que recuerdan decoración mudejar.
En este barrio primitivo parece que existieron tres sinagogas: una probablemente en la calle de San Julián, otra en las inmediaciones de la Puerta de Zaragoza (al terminar la calle Verjas) y la tercera adosada al tramo este del Claustro de la Catedral.
Este recinto es actualmente una capilla conocida como La Escuela de Cristo y su singularísima morfología recuerda las formas de las sinagogas: planta rectangular, cabecera plana, coro sobreelevado reservado al rezo de las mujeres, cubierta de madera a dos aguas profusamente decorada con pinturas, y otras decoraciones de celosías de madera y esgrafiados de inspiración almohade en las paredes.
En el año 1170 el rey de Navarra Sancho VI el Sabio decreta el traslado de la Judería a un nuevo emplazamiento, junto a los muros del castillo, cuya custodia y reparaciones les encomienda a cambio de exenciones de impuestos y concesión de otras prerrogativas, además de facilitarles una mejor protección.
El nuevo barrio parece que se articulaba en torno al actual Paseo del Castillo, extendiéndose hacia abajo por la paralela calle de San Miguel y también hacia arriba, acostando sus casas junto a la muralla del castillo real. El barrio de los tejedores judíos estaba junto a la Plaza de San Miguel, donde hubo una iglesia dedicada al santo arcángel la cual pudo ser en un primer momento sinagoga. El progresivo aumento de población durante los S. XIII y XIV propició la ampliación del barrio por las calles Pelaires y Cortapelaires, San Pedro, Tres Esquinas y quizá hasta el puente de Yeseros. Se documentan al menos dos sinagogas: la Mayor y la Menor, de cuya ubicación no se tiene noticia.
Iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación
La actual Iglesia fue construida en el año 1952 sobre el solar de la antigua. El retablo mayor, que data de 1700, es de estilo churrigueresco con mazonería muy ornamentada.
Museo dedicado al pintor local Jesús Basiano Martínez Pérez (1889-1966), situado en la Casa de Cultura. Las personas interesadas en visitar el museo pueden hacerlo en horario de 15:00 a 21:00 de lunes a viernes. Fuera de dicho horario es necesario ponerse en contacto previamente con el Ayuntamiento de Murchante.
Se ha procedido a su mejora a través de la construcción de una ermita, de un centro de interpretación del viñedo y olivar, merenderos y replantación forestal.
Humedal con flora y fauna diversa (carpas, anguilas, lucios, aves migratorias, aneas, tamarices, juncos, anátidas, etc).
Horario: De lunes a viernes de 9 a 14 horas.
Dirección : C/ Escuelas, 2. c.p. 31521 Murchante (NAVARRA)
Email : casadelvino@murchante.com