23 nov 2021

CAN CULLERETES

Ayer celebramos nuestro segundo almuerzo de esta nueva etapa covid, y nuestra primera salida, ya que ahora nuestra "sede" social será en el Hotel Abba Sants, el restaurante elegido fue uno que ya visitamos hace unos cuantos años, pero que es de los pocos históricos que aún están abiertos.

Fue una participación amplia, exceptuando las bajas de Jordi, por celebración familiar, la familia primero, y de Joan que estaba en capilla un tema de salud, algo que será habitual entre todos, ya que los años suman, pero siempre a favor, agradeciendo lo que estamos viviendo y disfrutando de la compañía de todos vosotros.

Como ayer hubo votaciones a candidatos para entrar en el Club, se nos escurrió el hacer fotos, pero para suplirlo os paso unos interesantes datos de nuestro restaurante el día de ayer.

En esta ocasión, y estando cercana la Navidad, y por sugerencia de la propietaria, algunos adquirimos un décimo de la lotería del local, que "casualmente" coincide con el año de creación del restaurant, por cierto a precio facial.

 
Un restaurante único en Barcelona cuyo rótulo da fe de la antigüedad del local. Siguiendo el consejo escrito en la puerta “Estireu la porta” (tiren de la puerta), el cliente se encuentra con un amplio interior que evoca la época modernista, con grandes pinturas costumbristas en los salones.

Las paredes también están cubiertas de centenares de fotografías de famosos que han comido o cenado en el restaurante. Pero la historia del restaurante no se conserva solo gracias a estas fotografías y recuerdos, ya que si las paredes hablasen relatarían miles de anécdotas ocurridas a lo largo de los años.

Cuando Sisco Agut i Sussi Manubens empezaron a regentar Can Culleretes en 1958 estaba un poco dejado y hacían menús muy baratos y según ella “muy barato y muy bien no puede ser”. Había gente que les decía que les costaría remontar el negocio, pero Sisco no les escuchó. Con el tiempo consiguieron que el restaurante volviese a tener fama por aquello que le caracterizaba y que le sigue caracterizando hoy día “comer bien a buen precio”.

El secreto de permanencia de Can Culleretes es doble: por un lado, ha contribuido de manera decisiva el aire familiar del establecimiento; y, por el otro, el esfuerzo de tres generaciones de Agut-Manubens.

Cuando Sisco se hizo cargo, el oficio no le venía de nuevo, había trabajado durante años en Ca l’Agut de la calle Gignàs, el restaurante de su tío. Su mujer Sussi, y sus hijas, Montserrat y Alicia, les ayudaron desde el principio. Actualmente las dos hermanas son copropietarias del local, donde también trabajan los cinco nietos de Sisco y el marido de Alicia.
Fuente. Web Can Culleretes

“(…) Aquellas mesas eran alargadas y podían caber más o menos unos diez clientes. El camarero cada vez estaba más atareado, y cuando iba a cargar la bandeja y encontraba vacío el bote de alpaca plateada destinado a contener las cucharillas limpias, gritaba a las que fregaban: “Noies, culleretes!” (Chicas, ¡cucharillas!). Y esto se repetía y repetía. La cancioncilla acabó haciendo gracia, y acabó dando pie a la expresión popular: “Vamos a Can Culleretes”.
Lluis Permanyer, periodista.