Aquest any el nostre pre-viatge de la calçotada ha estat triat el del Monastir de Vallbona de les Monges.
El Monasterio de Santa Maria de Vallbona es, el cenobio cistercense femenino, más importante de Catalunya, con más de 800 años de historia.
Tiene sus inicios en unas agrupaciones mixtas de ermitaños, que después se convierten en cenobitas, organizados en forma de comunidad doble, los cuales viven bajo el báculo pastoral de su fundador, Ramon de Vallbona, y observan la Regla de San Benito. La primera noticia documentada data del año 1153.
En el 1175 los hombres se trasladan al Montsant y la comunidad, entonces exclusivamente femenina, se incorpora a la Orden del Cister y tiene por abadesa Oria Ramírez, venida del monasterio de Tulebras (Navarra).
Alfonso I el Casto y la reina Sansa, durante unas semanas establecen la corte itinerante en Vallbona para impulsar la nueva fundación. También los reyes Jaime el Conquistador y Alfonso el Sabio, con sus mujeres y cortes, se hospedan repetidamente en Vallbona, motivo de inspiración de los trovadores de la época.
Toda esta floración constituye una prueba de la fuerza expansiva de la espiritualidad de las monjas. No podemos olvidar que Vallbona es y siempre ha sido un lugar de vida contemplativa y un centro de cultura, de trabajo y de plegaria. Por eso, quien quiera disfrutar del «fenómeno» de Vallbona ha de poder participar en alguno de los actos litúrgicos de la comunidad.
Desde el siglo XIII, Vallbona tiene escuela monacal, dónde recibían formación chicas pertenecientes a la nobleza. Dentro de esta escuela había el scriptorium, dónde un grupo de monjas se dedicaban a copiar y ornamentar los códices. En sus aulas se cultivaba la gramática, la liturgia, la caligrafía, la miniatura, la música y el tejido y bordado.
Vallbona es y siempre ha sido un lugar de vida contemplativa y un centro de cultura, de trabajo y de plegaria, encaminado todo al servicio divino.
Desde el momento de su construcción, en 1153, ha sido siempre habitado por monjas, y actualmente forma parte de la ruta del cister.
El conjunto es representativo del arte cisterciense, fiel a la Regla de Sant Benito.
Tal y como se puede observar en Vallbona de les Monges, se prescinde de ornamentación, consiguiendo unos espacios funcionales y sobrios.
Presidida por la Virgen del coro, una imagen esbelta de piedra policromada, obra de Guillem Seguer (s. XIV), la iglesia es un ejemplar fielmente representativo del estilo de transición que la Orden difundió en todas partes. Tiene la planta de cruz latina, muy marcada, propia del románico, con una sola nave y los tres ábsides cuadrados. La cubierta de crucería ojival, fue construida probablemente a principios del siglo XIV, en sustitución de la bóveda románica.
La puerta principal (s. XIII) está decorada con uno de los primeros relieves de Santa María que aparecen en un tímpano en Cataluña.
El cimborio-campanario, en forma de linterna de ocho caras, además de poseer una extraordinaria belleza, es una de las obras más audaces de la arquitectura medieval, puesto que se apoya totalmente sobre unas bóvedas que carecen de contrafuertes.
El interior del templo nos maravilla por su simplicidad y por el admirable juego de luces. En el lado derecho del altar, vemos el sarcófago sencillo y liso, de la reina Violant de Hungría, esposa de Jaime I el Conquistador, quien quiso ser enterrada allí, sin ningún ornamento; justo enfrente, al otro lado, se halla la tumba de la princesa Sancha de Aragón, hija de ambos.
A la derecha del coro, junto a la reja, se encuentra la capilla del Corpus Christi, con unos admirables relieves, atribuidos a la mejor escuela del gótico. De este altar provienen los dos impresionantes antipendio (de mediados del siglo XIV), de tema eucarístico, que actualmente se conservan en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
El claustro y otras dependencias
El claustro tiene forma trapezoidal. Es una curiosa y variada representación de los estilos que prevalecieron durante las primeras cuatro centurias del cenobio. El ala del mediodía muestra la más severa austeridad cisterciense y fue edificada a finales del siglo XII. La mayor parte de los capiteles son lisos. El ala oriental ofrece ya todo el esplendor del románico, aunque también dentro de un marco de sencillez (s. XIII). El ala Norte es un magnífico ejemplar del estilo ojival (s. XIV) y por último el ala de poniente (s. XV), es una construcción neorrománica, con elementos renacentistas.
La sala capitular (s. XIV) impresiona por su desnudez. Destaca la finura y belleza de su portalada. Preside dicha sala la imagen de la Virgen de la Misericordia, de alabastro policromado, atribuida a Pere Joan (s. XV), el famoso escultor de la fachada del Palacio de la Generalidad de Barcelona.
La moderna Capilla de la Virgen del Claustro (1895), custodia una magnífica escultura venerada bajo esta advocación. Probablemente, fue la primera imagen de Santa María (s. XII) que presidió el templo durante el período románico.
El archivo es muy rico en documentos y es de relevante interés para la historiografía comarcal y nacional.
Es deseo de la comunidad que pronto pueda abrirse al público el Museo Monástico, que albergará diversos objetos de culto (s.XVIII-XX), muebles (s. XVII-XX) y también una interesantefarmacia antigua con piezas de gran valor. El cenobio de Santa María de Vallbona fue declarado monumento históricoartístico por decreto del 3 de junio de 1931.
Actualmente las monjas se encargan de la hospedería para todo aquel que quiera pasar unos días de plegaria, de reflexión y de tranquilidad.
La acogida monástica es un aspecto importante de la vida del monasterio. Ya San Benito, en el siglo VI, decía que «los huéspedes nunca faltan en el monasterio» (RB 53:16) y que «todos los que se presentan deben ser acogidos como Cristo» (RB 53:1).
Esta vieja tradición que el monje tenga siempre el corazón, la puerta abierta a aquellos hermanos que llamen, en Vallbona se ha observado siempre, aun en las épocas en que la clausura era más severa, la acogida ha sido a lo largo de los tiempos algo muy querido por la comunidad.
Actualmente las monjas cuidan de una hospedería donde tanto jóvenes y chicas, estudiantes, religiosos, y matrimonios, como toda persona que desee pasar unos días de oración, de reflexión y de tranquilidad, descubrirá un clima adecuado para encontrarse consigo mismos y con Dios.
El ambiente es sencillo y austero, con comidas en común y cocina casera hecha con productos del huerto del Monasterio. Los huéspedes pueden participar en la Eucaristía y la oración litúrgica de la comunidad y conversar sobre temas espirituales o personales con las monjas.
La hospedería esta equipada con ascensor y consta de:
• 20 habitaciones individuales o dobles
• una capilla
• 2 salas
* el Refugio Sant Bernat para a grupos de jóvenes (24 plazas)