Siguiendo con la sana costumbre de realizar alguna salida con nuestras "santas", el pasado día 12 de diciembre, algunos miembros tomamos el AVE y nos fuimos a Sevilla, a ver el "colo especia", que en esta ocasión fue un amplio abanico de grises, desde el pel.la hasta el metalisao. La organización como siempre fue perfecta, aunque Noé no se presento con su barca a rescatarnos del temporal. Quien es el imb....il que dice que en Sevilla nunca llueve.
Bueno, chistes malos aparte, una vez más Sercotel estuvo en su nivel (alto-alto) con la reserva en el Hotel Ribera de Triana, excelente ubicación, instalaciones y el exquisito trato de su Directora Comercial.
Tenemos que reconocer que el servicio de AVE desde Barcelona a Sevilla, a pesar de la vuelta que realiza, es una maravilla, en comodidad y rapidez, poco más de cinco horas nos separan de la capital andaluza, sin las incomodidades de los aeropuertos, con la antelación al embarque, controles, colas, espacios inhumanos para aquellos que medimos más de 1,5, y prohibiciones varias.
En el Ave nos presentamos con escasos 15 minutos antes de la salida, desayunamos cómodamente en el restaurante y, pudimos conectar nuestros artilugios informáticos sin problemas y cuando quisimos, a una velocidad de 300 kilómetros por hora cruzamos Tarragona, Lleida, Zaragoza, Ciudad Real, Puertollano y Córdoba para llegar a la hora del almuerzo en la ciudad hispalense.
Un 10 para el Salón del Sol y Sombra coordinados por Antonio, y si nos hubiéramos podido sentar un 15. Allí tapeamos nuestro almuerzo, finalizando con un vodka caramelo, que no se lo salta un gitano con alpargatas nuevas.
Seguidamente tomamos el Bus Turístico para recorrer los principales puntos de la ciudad, aprovechando que el tiempo era agradable y soleado, al retornar a nuestra base junto a la Torre del Oro, iniciamos un recorrido por el barrio de Triana acompañados de un guia local. -City-Sightseeing (la compañía de buses turísticos rojos) ofrece en la ciudad de Sevilla cuatro recorridos a pie como complemento al Bus clásico, incluidos en el precio; 1) Triana, 2) Santa Cruz, 3) Plaza España, Parque María Luisa y Plaza América, 4) Macarena, Alameda de Hércules y Gran Poder-.
Finalizada la visita regresamos al hotel para prepararnos para la cena, que la realizamos en Las Golondrinas un agradable local donde degustamos una excelente gastronomía local.
Nuestro segundo día amaneció tormentoso, pero decidimos seguir nuestro plan y proseguir nuestro recorrido con el Bus Turístico para realizar la visita a pie a la Plaza de España, Parque de María Luisa y Plaza de América. Visita que finalmente quedo reducida a la visita al Monumento de Gustavo Adolfo Becker, cruzar el parque y finalizar en los pórticos de la Plaza de España, ya que la lluvia era torrencial.
Posteriormente fuimos hacia la Catedral, que visitamos ampliamente, con la subida a la Giralda por parte de algunos, para poder admirar la ciudad desde las alturas.
Nuestro paseo termino en el Restaurante Casa Robles donde nos deleitamos con un excelente almuerzo, aunque, como en los toros con división de opiniones, en mi caso disfrute de unas ortiguillas (anémonas de mar fritas) y de un rabo de toro, que estaba bien, pero he comido bastantes de mejores.
Por la tarde, y como el tiempo seguía igual de saleroso, decidimos regresar al hotel no sin antes pasar por el nuevo Mercado del Barranco, nuevo lugar, al estilo Mercado de San Miguel de Madrid, pero en tamaño "L", mucha animación, especialmente jóvenes.
Y por fin llegada al hotel, unos a sufrir el partido del Barça y otros a recrearnos con un buen libro.
Por la noche, y siguiendo la recomendación de la Directora Comercial del Hotel, fuimos a cenar a la Albariza en la calle Betis, excelente trato y buena comida, que al ser compartida con amigos aún es mejor.
Llego el domingo, el último día para la mayoría de los viajeros, nuestro destino fue la iglesia de La Macarena y, Basílica del Gran Poder, finalizando nuestro periplo sevillano en la iglesia del Cachorro.
Muchas cosas nos quedaron por ver, pero el tiempo no estuvo de nuestra parte, será que deberemos volver próximamente?
Y por fin llegada al hotel, unos a sufrir el partido del Barça y otros a recrearnos con un buen libro.
Por la noche, y siguiendo la recomendación de la Directora Comercial del Hotel, fuimos a cenar a la Albariza en la calle Betis, excelente trato y buena comida, que al ser compartida con amigos aún es mejor.
Llego el domingo, el último día para la mayoría de los viajeros, nuestro destino fue la iglesia de La Macarena y, Basílica del Gran Poder, finalizando nuestro periplo sevillano en la iglesia del Cachorro.
Muchas cosas nos quedaron por ver, pero el tiempo no estuvo de nuestra parte, será que deberemos volver próximamente?
Y de papeo aún nos falto la siempre abarrotada Blanca Paloma de la calle San Jacinto, El Altozano de la calle Pureza, el Zelai de la Alvareda, el Eslava junto a la iglesia del Gran Poder, Enrique Becerra de la calle Gamazo, La Taberna del Alabardero de la calle Zaragoza, o las tascas del barrio de Santa Cruz que se quedó para la próxima vez.