Desde hace un par de años,
nuestro Club ha ido recuperando algunas de las actividades que hicimos antaño,
cuando las cosas eran de otra manera.
Cierto es que también hemos
incorporado la parte cultural que siempre habíamos tenido apartada, quizás
porqué al ser más jóvenes nos interesaban más, otras cosas. La cuestión es que
tras haber recuperado los viajes y, el Txoco, faltaba algo que marco nuestro
Club, el viaje a Nueva York, en esta ocasión no contamos con la organización
del mismo por parte de nuestro añorado Pepe Murano, pero entre todos se superó
y, al final se pudo organizar.
Fue el 5 de febrero, tras una
semana de amenazas climatológicas en la gran manzana, incluso cancelando vuelos
por precaución de que se cerraran los aeropuertos, pero todo quedo en una
alarma preventiva, y por fin siete osados miembros de nuestro entrañable Club
partieron hacia tierras lejanas, como aquellos intrépidos aventureros que
fueron a descubrir las américas, pero en este caso, no era para buscar las especias, era simplemente para proveerse
de Listerine, cuyas existencias ya se habían agotado.
Aquí el grupo regresaba de hacer sus múltiples compras en Canal Street, aunque alguien supero todas las previsiones, fue tan elevado que le fue obsequiada la persona que vemos en la foto, sólo para llevarle los bultos, mientras que otros se quedarón sin su Festina, algo que hace años lleva buscando por todos los rincones del planeta.
No que nadie ha dicho ha sido los bidones de Listerine que en esta ocasión se compraron.
El vuelo en esta ocasión lo realizaron con Lufthansa vía Munich, alojándose en el Hotel Le Parker Meridien, gestionado a través de una excelente organización, la agencia receptiva MDT de nuestra amiga Cristina Illa, quién además organizó todos los servicios terrestres de forma impecable, como es habitual en ellos.
Le Parker Meridien es un
excelente hotel ubicado en la calle 56 entre la 6ª y 7ª avenida, muy cerca de
Central Park, un hotel moderno, con excelentes servicios complementarios; Gym,
piscina, restaurant, hamburguesería…. y
amplias habitaciones.
Durante su breve estancia, no
dejaron de visitar los lugares más emblemáticos de NYC, y por descontado la
zona cero, donde estuvimos alojados hace algunos años, y ahora han podido
volver a visitarla tras la inauguración de la nueva zona que rememora los
atentados del 11S.
Por descontado no dejaron de visitar el Oyster Restaurant & Bar, un clásico en nuestras visitas, incluso vamos cuando no vamos con el Club, ubicado en el Grand Central Station de la ciudad neoyorkina, ofrecen una amplia selección pescados, aunque la tradición marca la langosta de las costas de Bostón para nuestros festejos.
En esta oportunidad lo que más
les gustó fue el Abercrombie & Fitch, ¿porqué seria?.
Y finalizado al largo fin de
semana, de vuelta a casa, a la rutina diaria.