El
pasado martes día 20 de mayo, nuestro Presidente, siguiendo la pauta que marco
el anterior, nos llevó de viaje por las tierras catalanas (fent patria), en
esta ocasión a Figueres, con el principal propósito de visitar el Museo Dalí.
A primera hora de la mañana, algunos ya desde el día anterior, nos encontramos en la estación de Barcelona Sants (será porqué el Ilmo. Sr. Secretario General vivé al lado) para tomar el tren Alvia (el Ave descafeinado) que nos conduciría en un suspiro a la capital del Empordá.
Curiosamente
muchos de los grandes viajeros que forman nuestro Club, no conocían este museo,
uno de los más visitados de España, y que junto a Pubol y Cadaqués forman la
gran trilogía de la vida de este excepcional pintor, controvertido como
ninguno, pero al final un genio del surrealismo.
El
Teatro-Museo Dalí, fue inaugurado el año 1974, construido sobre las ruinas
del antiguo Teatro de Figueres, contiene un amplio abanico de obras que
configuran la trayectoria artística de Salvador Dalí (1904-1989), desde sus
primeras experiencias artísticas y sus creaciones surrealistas, hasta las obras
de los últimos años de su vida. Algunas de las obras más destacadas que se
exponen son Port Alguer (1924), El espectro del sex-appeal (1932), Autoretrato
blando con bacon frito (1941), Poesía de América-Los atlétas cósmicos (1943),
Galarina (1944-45), La cesta del pan (1945), Leda atómica (1949) y Galatea de
las esferas (1952).
También cabe destacar el conjunto de obras realizadas por
el artista expresamente para el Teatro-Museo, como la sala Mae West, la sala
Palau del Vent, el Monumento a Francesc Pujols y el Cadillac Lluvioso. El
Teatro-Museo Dalí es necesario interpretarlo como un todo, como la gran obra de
Salvador Dalí, ya que fue concebido y diseñado por el artista para ofrecer al
visitante una verdadera experiencia, adentrándose en su mundo cautivador y
único.
Finalizada la visita al Museo y a Exposición de Joyas del artista, nos dirigimos hacia el Hotel Durán, donde teniamos previsto nuestro tradicional ágape, final de estas experiencias culturales. Allí tuvimos otra gratísima sorpresa, fue la de encontrarnos con Celicia Vila-Fradera, buena amiga de todos nosotros, y de la que muchos hacia algunos años estábamos desconectos.
Celicia habia sido invitada por el Club para compartir la comida con nosotros, y nosotros disfrutar de su compañía y contarnos nuestras batallitas ahora que estamos (casi todos) algo apartados del mundo del turismo, que nos unió a todos hace la tira de años.
Finalizada la comida, retomados el regreso desde Figueres-Vilafant hacia la Ciudad Condal.
Una excelente velada, que habría que repetir en próximas ocasiones.