Aunque en un principio este no era el acto previsto, posteriormente se reprogramo, con la ironía de las últimas convocatorias, esperando que poco a poco nuestras neuronas se vayan fortaleciendo.
Fue un excelente almuerzo en el que casi, casi rozamos el completo, pero uno de nuestros colegas estaba sufriendo de un viaje de placer, y no podía asistir, que envidia.