Mucho tiempo ha transcurrido desde nuestro último encuentro en el Gélida, de gratos recuerdos y un susto que, nos hizo plantearnos el regreso.
Pero hemos vuelto, creo que, aunque con más seguridad que la última vez, ahora se notan algunos cambios en la cocina, que ha hecho perder aquel sabor más casero de otras veces, quizás algo que solo me lo ha parecido a mí, o quizás también a otros.
Aquellos callos melosos que se notaba la picadita que tan gustosos los hace, junto a la porción de cap i pota.
Pero como siempre disfrutamos de la cocina y del “marco único”, esto no se encuentra en ningún lugar.